Hace tiempo que hemos visto como se ha extendido de manera generalizada el término «partido a partido», tanto en entrenadores como en jugadores y la verdad es que, reflexionando, no puedo evitar pensar que se trata, simple y llanamente, de una cortina de humo para eludir la realidad que muestran las odiosas matemáticas.
En el Alba ya se ha instalado ese «partido a partido» cada vez que aludes a la situación del equipo. La realidad muestra que el conjunto manchego tiene 15 puntos en 20 jornadas, lo que quiere decir que para conseguir esos 50 puntos en los que suele estar la salvación habría que lograr 35 en 22 jornadas.
A todas luces resulta descorazonador hacer cálculos sobre los partidos que se tienen que ganar y empatar de aquí al final, sobre todo porque es un acto de fe pensar que esta plantilla pueda triplicar sus números así de repente, por muchos refuerzos que lleguen, pues la situación tampoco está para cambiar a una docena de futbolistas y esperar un cambio radical.
El «partido a partido» queda pues como esa niebla que evita ver el negro horizonte que tiene nuestro querido Albacete. Este año todo hace indicar que la salvación estará más barata y podría quedar en 48 o 47 puntos, pero la distancia es tan grande que, las odiosas matemáticas, no nos permiten esperanzarnos porque el equipo haya sido capaz de sumar cuatro de los últimos seis puntos.
Esta temporada se va a hacer muy larga y cada partido que pase, las matemáticas, apretarán un poco más la soga que desde hace tiempo tiene instalada en el cuello nuestro amado Alba.