El fútbol siempre ha estado reñido con las matemáticas, aunque todo gira en torno a ellas y al final acaban siendo irrefutables. Cuando un equipo logra su objetivo, por arriba o por abajo, de forma matemática, ya no hay quién lo cambie, para bien o para mal. Pero cuando el balón rueda sobre el césped las matemáticas pierden muchas veces su esencia y dejan paso a otros factores mucho más...