El Alba marcha como un cohete esta temporada. Con un excelente trabajo defensivo, una delantera de muchos quilates y un compromiso y compañerismo propio de los equipos que acaban logrando grandes objetivos, el equipo capitaneado por Luis Miguel Ramis se acerca a la mitad de la temporada generando muchas expectativas.
No les gusta, ni a los jugadores, ni sobre todo a los técnicos, hablar más allá del siguiente partido y mucho menos de algo que ya está en la mente de todos los aficionados, el ascenso a Primera. Sigue faltando mucho, pero lo que está claro es que este Albacete está presentando su candidatura a pelear por ese objetivo ambicioso y complicado.
En la larga historia del club, que se acerca poco a poco a los 80 años, sólo en dos ocasiones se logró ascender a Primera. Sin lugar a dudas, aquel ascenso de 1991 fue lo más grande vivido por esta entidad, acostumbrada a lo largo de su historia a pelear en categorías menores como la Tercera División e incluso la Preferente.
Luego llegó el segundo ascenso en 2003, también muy celebrado. Para entonces, el Alba ya se había consolidado históricamente en Segunda, aunque los problemas económicos que se fueron arrastrando, sin que nadie lograra ponerles freno, acabaron por devolver al club al pozo de la Segunda B. Ahora el futuro se mira de otra manera. La situación económica se ha estabilizado y el club vuelve a lucir, tanto en lo deportivo como en lo social.
Ello nos permite soñar, un sueño que los jugadores y técnicos se están encargando, de momento, de alimentar con juego y resultados. Que siga la fiesta.
