El Albacete Balompié vive momentos de algarabía. El buen fútbol y los resultados, unidos, generan ilusión y así está ahora mismo la ciudad de Albacete, ilusionada con lo que puede hacer su equipo esta temporada. Han sido muchos años de penurias, forzados a luchar contracorriente por los problemas económicos que lastraron a la sociedad y que le hicieron volver al fango de la Segunda B por dos veces.
Ahora toca disfrutar, porque de eso se trata. Es la frase que llevo escuchando el último mes por todos sitios donde voy. «Este año estarás disfrutando con tu Alba». Pues sí, estoy disfrutando, sobre todo porque veo sobre el terreno de juego buenos futbolistas que no sólo tienen calidad, sino que también esa dosis de compromiso, solidaridad y garra que muchas veces es la diferencia entre estar arriba o abajo.
Pero no todo es positivo. Hay cosas que te sacan de quicio y uno tiene que tragar saliva porque sabe que los errores se reparten para unos y otros, aunque fastidia cuando te toca la de arena casi todas las semanas. Y es que en esta vorágine de profesionalización que vive el fútbol siempre se queda por detrás, precisamente, los que más tienen que medir sus acciones, el colectivo arbitral.
No voy a empezar a relatar las veces que los árbitros han perjudicado esta temporada al Albacete, ni tampoco las que le han beneficiado, para perjuicio de otros, que también tendrán porque quejarse. Se trata de medir las acciones y saber que en juego hay mucho dinero, pero también las ilusiones de mucha gente y hasta los puestos de trabajo, como decía Pacheta hace muy poco. Se trata de impartir justicia, no de generar lo contrario.