El pasado sábado volvimos a ver un esperpento de partido. El Albacete fue superado con autoridad por el Spórting en una primera mitad lastimosa donde se volvió a poner de manifiesto la falta de capacidad del entrenador, Quique Hernández, de manejar la situación. Estas siempre a expensas de los cambios de la segunda mitad para ofrecer algo digno es demasiado lastre para un equipo acostumbrado a ser incapaz de remontar un resultado adverso.
Quizás por ello Quique Hernández estaba sentenciado antes de que comenzara el partido. Hace ya muchas jornadas circulaba el rumor que el margen dado por el Consejo sería perder dos partidos consecutivos. Si esto sucedía, adiós. Pero el equipo ha ido ‘hambreando’ resultados, con una sensación de que lo único que se hacía era engordar para morir. Ayer todos lo tenían claro, incluido Quique Hernández y supongo que los propios jugadores. Una derrota, y Quique sería destituido.
Con el mal estilo que caracteriza a este Consejo de Administración, mientras Quique Hernández estaba en rueda de prensa diciendo que se veía con fuerzas para continuar, fuera de la sala de prensa ya se sabía que el técnico valenciano ya había sido cesado. Y antes se quejaba Quique Hernández de que la prensa le había faltado al respeto. Lo del sábado si que fue una falta de respeto por parte del Consejo.
Por cierto, en cierta ocasión me pareció oír unas declaraciones de Máximo Hernández en las que decía que si se iba Quique él se iba detrás. Pues de momento parece que Máximo Hernández es el técnico provisional del Albacete. La verdad es que ya en junio se sabía que si había movimiento en el banquillo Máximo acabaría de entrenador. Es lo que ha hecho en los clubes que ha estado, y en el Albacete no iba a ser menos.
Ahora habrá que ver si el Consejo de Administración del Albacete pinta algo en todo esto y toma alguna decisión o deja el equipo en manos de la persona que ha hecho una plantilla que deja mucho que desear, por mucho que se venda una y otra vez que no hay dinero. En el Albacete nunca, o casi nunca, ha habido dinero, pero ahora incluso esa será la excusa perfecta para dejar a Máximo Hernández al frente del equipo.
Yo, como muchos otros, pienso que una posibilidad sería contratar de Julián Rubio. El de Montealegre tiene una gran experiencia en situaciones como la que está viviendo el Albacete esta temporada, es un perfecto conocedor de la plantilla y de la categoría y su cariño al Albacete seguro que haría que el dinero no fuera un obstáculo para llegar a un acuerdo. Pero claro, dejar el equipo en manos de Rubio sería, eso, dejarlo en sus manos, y que Máximo y Panadero no pincharan y cortaran como con Quique Hernández.
La opción de Julián Rubio es la más coherente y, seguramente, la más barata, pero como me decía un amigo esta mañana, el orgullo de Panadero está muy por encima de su supuesto cariño al Albacete, así que la opción será otra. Yo apuesto por Rubio, en una situación tremendamente complicada en la que será demasiado fácil estrellarse. Nada de probaturas. Julián Rubio es el técnico que necesita este Albacete.
