El pasado sábado fue la jornada de reflexión previa a las elecciones, pero nuestra reflexión al final del día fue hacia la confección de la plantilla del Albacete y los problemas con los que tiene que lidiar Luis Miguel Ramis a poco que han empezado a surgir los habituales problemas de lesiones y sanciones.
Por esas cosas las plantillas de los clubes tienen un máximo de 25 futbolistas. Tener un buen fondo de armario es fundamental en una competición tan larga. Es imposible estar ajeno a los diferentes problemas que, ya sean por un golpe, una acción fortuita o una sanción, hacen que todas las semanas y todos los equipos acumulen conforme va avanzando la competición entre tres o cuatro bajas.
El Albacete tiene este año una plantilla corta, quizás demasiado, y algo descompensada. Hay falta de defensas y exceso de mediocentros. Está claro que el límite salarial marca mucho su confección. Tener menos jugadores hace que te puedas gastar más en los que consideras importantes. Y cuando surgen los problemas, la solución suele estar en el filial.
Pero en el Alba, el filial también sufrió una bajada de presupuesto, ocupa las últimas plazas en el grupo XVIII de Tercera, dos categorías por debajo, y es difícil que un jugador a este nivel deportivo y anímico pueda competir con garantías en Segunda División.
El año pasado Ramis tenía atrás los recursos de Ángel Moreno o incluso el joven internacional Álvaro García, pero ya no están y veremos como se resuelve el problema para la próxima jornada, en una categoría tan exigente y en la que no puedes ir con lo justo.