En aquellos años del Queso Mecánico siempre se decía aquello de que Benito Floro, un entrenador adelantado a su tiempo, tenía flor. El Alba vivió los mejores años de su historia y, todos sabemos, cuando la cosa fluye en positivo la suerte parece acompañarte.
Ya la temporada pasada empezó a vislumbrarse que Luis Miguel Ramis también tenía flor, algo que ha quedado corroborado esta temporada. La suerte llega, pero siempre con un trabajo detrás. El Alba se llevó tres puntos de Zaragoza con algo de suerte, pero también gracias un gol de Silvestre y la espectacular actuación de Tomeu Nadal. La flor está ahí, pero no puede conseguir nada por sí sola.
Queda claro que el Alba tiene un equipo más deficiente que el del año pasado. Imposible encontrar en la actual plantilla relevo para los Febas, Tejero, Bela y Eugeni, y ya vamos por la jornada 16. De todas formas, el equipo está ahí, en puesto de playoff, siempre dando la cara.
Ramis tiene flor, pero también trabajo. Nueve partidos sin encajar gol y no siempre va a ser porque los delanteros rivales fallan, algún mérito habrá que darle al trabajo defensivo del equipo, a la preparación del partido por parte del técnico.
De momento, con cinco partidos todavía por disputarse para acabar la primera vuelta, el Albacete ya suma la mitad de esos 50 puntos de los que siempre se habla para fijar objetivos. Y Ramis ya dijo muy claro a principio de temporada que no había que perder de vista la realidad de un club que, a pesar de lo vivido la pasada campaña, sigue siendo un de los modestos y su presupuesto está por la mitad de la tabla. No seamos optimistas, ni pesimistas. Disfrutemos del presente y ¡Viva Tomeu!