El Alba atraviesa el peor bache de resultados desde que Rubén Albés está en el banquillo. No había perdido tres partidos consecutivos el equipo manchego con el preparador vigués.
Decía Miguel Ángel Ramírez, en la rueda de prensa posterior al partido con el Sporting, que el fútbol es caprichoso y mejor no se puede definir la situación del conjunto manchego, que dispuso de unas 25 ocasiones de gol para meter uno y de casualidad, mientras su rival, con cuatro tiros a puerta, hizo tres goles. ¿Qué le dices a tus jugadores después de eso? ¿Qué le dices a la afición cuando el equipo lo ha dado todo, ha jugado un fútbol ofensivo, ha dominado en muchos momentos del partido al rival, pero acabas con una derrota?
Hay detalles que no se pueden obviar, como que defensivamente el equipo ofrece muchas facilidades a su rival. Demasiados balones perdidos en zona peligrosa o descontrol total cuando el rival hace un contragolpe son detalles que pulir porque el Alba es el segundo equipo más goleado de la categoría. Pero es innegable que mantiene la esencia en su juego con la que el año pasado se logró llevar al equipo a jugar los playoff de ascenso.
El momento es difícil, pero Rubén Albés tiene el voto de confianza que se ganó la pasada temporada y que se gana cuando ves al equipo jugar al fútbol.
Otra cosa son esos resultados, cuya dinámica negativa hay que cambiar cuanto antes, para no meterse en problemas. En estos momentos es cuando más hay que recordar que el Alba es un modesto y que su estatus habitual es luchar por mantener la categoría.
