El mundo del deporte abarca muchos niveles. Están los profesionales que compiten por el mundo. Luego está la base, todos esos miles de chavales que deciden realizar una actividad deportiva y aprenden unos valores que les serán muy útiles en su vida adulta.
Luego, y no menos importante, están los de en medio. Esa gente que se decida al deporte, a medio camino entre la base y los profesionales, que en definitiva son los que mantienen viva la llama del deporte, llenan las estadísticas y, la mayoría de las veces, lo hacen simple y llanamente por su amor a la disciplina que practican.
Ahí tenemos al Tobarra CB, uno de esos clubes que sobreviven gracias al empeño de unos locos tobarreños que quieren mantener viva la llama del baloncesto en su localidad. Son muchos años de lucha, ahora recompensada en forma de temporada en Liga EBA, no exenta de problemas por la habitual desidia de los políticos de la localidad y la falta de un tejido empresarial potente. Pero, contra viento y marea, temporada tras temporada, José Luis Fernández Salmerón, su presidente, y gente como los hermanos José Luis Bernabéu antes y Vicente Bernabéu ahora, han peleado para que un club modesto siga competición y llevando el nombre de Tobarra por pabellones de toda la región y sus alrededores, con la cabeza muy alta. Mucho mérito tiene esta gente, que casi siempre, desde la sombra, son los que nos recuerdan que el deporte no está solo en la elite, ni todo es cantera. Hay muchos Fernández Salmerón en nuestra provincia, que merecen el reconocimiento por su trabajo desinteresado por y para el deporte más auténtico.