Menos mal que el pasado sábado el Albacete Basket logró una victoria con la que frenó su caída libre en este inicio de la LEB Plata. Algo le pasa al conjunto de la capital para que la temporada ofrezca tan pobres resultados. Ya no sólo son las derrotas, sino como se producen, porque no es normal que un equipo de este nivel acabe un partido, como ha sucedido, con 36 puntos.
La temporada pasada hubo problemas, pero el buen rendimiento del equipo los dejó en un segundo plano. Pero luego llegó el verano y ya resultó extraño que hubiera una total desbandada de la plantilla. Es normal que jugadores que han rendido a buen nivel tengan ofertas mejores, que es que algunos de los que destacaron se marcharon y no han encontrado acomodo en otros clubes. Y que decir tiene que la columna vertebral que sujetaba al equipo desapareciese completo, pues se marcharon Diego Fox, Uge y el cubano Elías. Incluso Ortega, que se dijo tenía un acuerdo verbal para seguir, acabó en otro club.
Parece que algunos directivos se marcharon en verano, otros se van ahora o están a punto de hacerlo. La plantilla se confeccionó tarde y, desde que empezó el campeonato, los jugadores entran y salen semana sí y semana también. Hasta el ayudante de La Solana que vino con la temporada ya comenzada apenas ha durad mes y medio en el club.
La victoria del sábado es una buena noticia, pero no estaría de más que dieran alguna explicación de lo que está pasando y hacía donde camina el club, porque da la impresión que todo ese buen trabajo que se hizo para reflotar el baloncesto en la capital se está desmoronando ahora como un castillo de arena.