Desde 2002, Albacete ha contado con un tenista profesional entre los mejores del mundo. Llegar a los puestos altos en el ranking de la ATP no está al alcance de cualquiera, aunque como en España hemos tenido y tenemos grandes tenistas, eso ha podido eclipsar en cierta medida el impresionante palmarés de nuestro Guillermo García López.
«En muchos países sería fijo en el equipo de Copa Davis», se ha dicho en ocasiones. Pero es que estar en España es compartir espacio con monstruos Nadal, Verdasco, Ferrer, Feliciano López y muchos más. No por ello debemos obviar que el rodense llegó a estar el 23 del mundo.
Con 35 años, las últimas temporadas de Guillermo han estado marcadas por las lesiones. Ha seguido compitiendo con ganas, ha tenido grandes tardes e incluso remontó posiciones durante 2017 para regresar al Top 100. La temporada en 2018 también ha sido complicada. Empezó bien, con posibilidades de volver al Top 50, pero las lesiones volvieron a aparecer en la segunda mitad de la campaña, que se pasó casi en blanco, para acabar el año en el puesto 106 del ranking ATP.
El sábado tuve la oportunidad de hablar con él, durante la entrega de los premios en el Torneo a beneficio de Afanion que organiza el Club de Tenis Albacete y que lleva su nombre. Y lo que sentí es que, a pesar de contar ya con 35 años y de haber tenido un año complicado por las lesiones, Guillermo mantiene una tremenda ilusión y se está machacando a tope en la pretemporada para conseguir regresar al Top 50 en 2019. Da gusto contar con profesionales como él, que dan ese ejemplo de constancia, superación y ganas tras 16 años en el circuito profesional.