LaLiga, en su afán de conseguir más ingresos, olvida muchas veces a los verdaderos receptores de su producto, que no son otros que los aficionados. Y más concretamente habría que hablar de los aficionados locales.
Pero nadie puede negar el enorme impulso que para el fútbol ha tenido la gestión, controvertida en muchas ocasiones, de Javier Tebas.
Y si tenemos que darle un punto positivo a LaLiga sólo hay que ver y valorar como ha decidido también ayudar a otros deportes e incluso impulsar una liga femenina que era la hermana pobre de la RFEF, donde poco o nada se hacía por su mejora y, por ende, la mejora del fútbol femenino.
Pero si hay algo de lo que deben sentirse orgullosos es de haberse inventado la Liga Genuine, un evento de altísimo nivel de compromiso con la sociedad y con un colectivo que encuentra en el deporte una gran vía de inclusión en la sociedad y también de participación, más allá de los beneficios que para la salud tiene la práctica deportiva. El año pasada arrancó con fuerza y este año ya son 30 los clubes, de los 42 que forman la Liga de Fútbol Profesional, los que se han enganchado a este proyecto, entre ellos el Albacete Balompié.
Ver la organización del evento celebrado en Tarragona y, sobre todo, la cara de los chavales participantes, es uno de los mejores regalos que se pueden tener, porque a veces, más que el dinero y la fama, están los actos que nos acercan a la realidad de nuestra sociedad. Hay que darle la enhorabuena a LaLiga por esta Liga Genuine y al Albacete por haberse unido y llenado de ilusión a un buen grupo de chavales con discapacidad intelectual que, no por ello, dejan de pertenecer a nuestra sociedad y de sentir los colores que el pasado fin de semana tuvieron la oportunidad de representar.
