Todavía queda mucha tela que cortar esta temporada. Apenas se llevan disputadas ocho jornadas y quedarán otras 3o por disputarse, pero pensar ahora que el Albacete estará en junio luchando por el ascenso parece más una cuestión de fe que cualquier otra cosa. Este Alba no funciona, al menos como debería, como se esperaba, como se presuponía.
El Alba partía como uno de los gallitos del grupo, con una plantilla idéntica a la de la temporada pasada, pero ocho jornadas después del inicio este equipo no da muestras de arrancar definitivamente. Este domingo tenía la oportunidad de pegar un puñetazo encima de la mesa para decir ¡Aquí está el Alba! Pero como en tantas ocasiones volvió a ser una bala de fogueo y la afición, que es soberana, mostró claramente su malestar.
Y es que un equipo que quiere ser primero, que quiere jugar los play off, no puede empatar con el Villanovense en casa, con todos mis respetos para el conjunto extremeño, igual que no puede dejar escapar los puntos en partidos como los jugados contra el Almería B y el Arroyo. Algo no funciona, con todos mis respetos para los demás, si este Albacete que se supone con mucho potencial, que se supone conjuntado, que se supone con una plantilla comprometida, no es capaz de ganar con suficiencia a todos estos rivales en el Carlos Belmonte.
Y es que el Villanovense dejó ayer muestras de ser lo que es, un equipo limitado, aseado y que peleará por mantener la categoría, con todo un ilustre y querido Paulino, que vaya tarde le pegó a los centrales del Alba, dicho sea de paso, y que tuvo en sus botas el gol que le podría haber dado el triunfo a su equipo, al filo del descanso, pero se encontró con la magistral intervención de Campos.
El partido estaba atascado por las limitaciones del Alba a la hora de crear juego. Sin Adriá y Tete, hombres capaces de romper con velocidad, llevar un balón a una posición de remate fue casi misión imposible. No por poner muchos más delanteros la cosa funciona, si no existe en el centro del campo un jugador que marque las diferencias. Lo hemos dicho ya muchas veces, pero es que es lo que hay. A pesar de los problemas económicos Gómez encontró la viabilidad para reforzar la plantilla y, sinceramente, creo que se equivocó. Campos demuestra tener calidad para estar ahí, así que con el retorno del canterano Sergio Arenas la portería podría haber estado cubierta. Y arriba ya teníamos a Curto, Calle y Molina, así que quizás hubiera sido mejor quemar los pocos cartuchos que se tenían reforzando otras posiciones más necesitadas, como el centro del campo y no fichar un jugador que cada día que pasa demuestra menos y su aportación está siendo nula.
Cuando al Alba no le dejan correr, como ayer hizo el Villanovense, sus posibilidades de meter gol quedan a expensas de la divina providencia, ya que resulta complicado encontrar acciones de mérito en un equipo que jugó a trompicones, que tuvo la posesión del balón pero fue demasiado inocente en su parte de arriba. Por lo menos volvimos a comprobar que tenemos futuro en la cantera, con el lateral derecho Carlos Moreno, sin lugar a dudas el mejor en los manchegos. Lo de Calle ya cansa. Es el mejor jugador de la plantilla, al menos en mi opinión, y con su presencia en el campo siempre se puede esperar algo bueno para el Alba, pero esas acciones fuera de lugar y con tanta reiteración no son propias de su veteranía, sobre todo por el enorme daño que le hace al equipo, a sus compañeros y hasta a su entrenador.
Me quedo con un comentario de mi amigo Pepe Poveda en Radio Chinchilla al finalizar el partido «he visto varios jugadores del Alba que no están para jugar en Segunda B». Lo reafirmo. Será cuestión física, será cuestión técnica, será que con tantos problemas económicos el grado de implicación se ha visto reducido en algunos futbolistas. El caso es que algunos jugadores del Alba ofrecieron ayer un espectáculo lamentable, pese a lo cual se sacó al menos un punto. No es todo lo malo el que no se gane, porque tampoco se pierde, pero de empate en empate no se llega a la parte de arriba.
Dos victorias en ocho jornadas, aunque sólo se haya perdido un partido, son para hacérselo mirar, porque se ve a la legua que algo no funciona en este Albacete.
