Paradójicamente, en el mundo del fútbol lo que menos nos encontramos son jugadores que realmente sepan jugar al fútbol. Pelotazos saben dar todos y ‘tuercebotas’ hay para dar y regalar. Es una de las grandes mentiras del fútbol profesional, sobrevalorado por el gran interés que despierta entre los aficionados y por el disparate de millones que se mueven, en muchas ocasiones, sin justificación. Tratar la pelota con mimo y elegancia está reservado a unos pocos elegidos y uno de ellos es Andrés Iniesta.
Ya con 12 años, cuando salió del Albacete con destino a Barcelona, destilaba un fútbol impropio para su edad. Recuerdo el Torneo de Brunete y el espectáculo que era ver sobre la cancha al pequeño y esmirriado ‘Andresín’. El Barcelona lo vio y se lo llevó.
Pronto destacó en las categorías inferiores del club culé y llegó al primer equipo, donde ha mostrado un fútbol de lujo, con una imaginación y capacidad de creación que muy pocos tienen. Desde hace tres años también tenemos la suerte de poder ver su juego con la selección nacional y el destino quiso que su debut con la ‘roja’ se produjera en el Carlos Belmonte de Albacete.
Ahora lo hemos visto en la Eurocopa ganando el título con España y todos los albaceteños nos sentimos orgullosos de tener un paisano que con 24 años ya puede sentirse uno de los mejores jugadores de Europa. Así lo dice su fútbol alegre. eficaz y efectivo.
Y encima de ser un auténtico crack como jugador reune otra cualidad que todavía es mucho más difícil de encontrar en un mundo donde enseguida se olvidan las raíces y los futbolistas se suben al carro del éxito y el ‘glamour’ de la fama generic viagra cheapest. Iniesta es un pedazo de persona. Igual que realiza pases magistrales, también destila humildad, sencillez, modestia. Ha ganado la Liga, ha ganado la Liga de Campeones, ahora la Eurocopa de selecciones y sigue paseándose por su pueblo, Fuentealbilla, como uno más. Tampoco descuida otro pueblo donde ha sido acogido con cariño, como es Higueruela. Participó en la inauguración de su Peña Barcelonista, prestó su nombre a las Jornadas de Fútbol Base y el miércoles estuvo allí, con la misma humildad y sencillez de siempre, para clausurar dichas jornadas, hacer felices a los chavales del pueblo y recibir el cariño de la gente de Albacete, su tierra.
El viernes será Fuentealbilla la que se engalane poniéndole su nombre a una calle del pueblo, ahí es nada. Todo reconocimientos y agasajos para un chaval que dejó el pueblo con 12 años para irse a la gran Ciudad Condal pero que no ha perdido sus raíces y que se pasa a ver a los suyos, a su gente, en cuanto tiene la oportunidad, aunque las vacaciones de este año vayan a ser francamente muy cortas.
Da gusto encontrar jugadores tan cercanos a la gente, a los que no le duelen prendas a la hora de pasarse el tiempo que haga falta firmando autógrafos y haciéndose fotos. «Es lo mínimo que puedo hacer como agradecimiento al cariño que recibo por parte de la gente». Iniesta es todo un crack, como jugador y como persona.
En septiembre habrá una nueva oportunidad para que toda Albacete le muestre su cariño porque aprovechando la visita de la selección al Carlos Belmonte se les hará entrega de la medalla de oro de la provincia a Andrés Iniesta, Pablo Ibáñez y Santi Denia, los tres únicos jugadores albaceteños que han vestido la camiseta de la selección nacional absoluta. La pregunta que yo me planteo es ¿que le haremos al de Fuentealbilla dentro de dos años, cuando España gane el Mundial y a Iniesta le den el Balón de Oro?
