Tras el relevo en el banquillo, el Albacete ha cosechado dos victorias consecutivas que lo mantienen en la lucha por alcanzar los puestos de promoción de ascenso, pero todavía no lo ha conseguido por la tremenda igualdad que existe en la zona alta de la clasificación. Antonio Gómez dejó al equipo a tres puntos y ahora se está a uno, es decir, que sumando seis puntos consecutivos sólo se han podido restar dos. Es lo que tiene la competición, que no solo hace falta sumar, también es preciso que tus rivales no sumen para poder alcanzarlos.
En estos dos encuentros con Luis César en el banquillo no parece que hayamos visto nada diferente a lo anteriormente expuesto por Antonio Gómez. Sólo hay una cosa que está diferenciando a un equipo y otro, el factor suerte. Un buen amigo me decía la pasada semana, tras el partido contra el Cacereño, «con Gómez en el banquillo, en la jugada polémica del final de la primera parte seguro que nos pitan penalti». Lo mismo pienso del encuentro en Cádiz, con goles anulados a los locales y acertadas intervenciones del portero Álvaro Campos. En la etapa de Gómez, con mucho menos nos hacían mucho daño. Los jugadores son los mismos, el equipo ha mostrado prácticamente las mismas virtudes y los mismos defectos, pero ha tenido la suerte de cara. Cosas del fútbol.
Siete jornadas quedan para finalizar el campeonato y, vista la clasificación, parece que alcanzar a los dos primeros es sumamente complicado, aunque no imposible. Por atrás se ha abierto un pequeño corte a partir del sexto clasificado, algo tampoco definitivo viendo los resultados de cada jornada.
A poco que se hagan las cosas como tienen que hacerse y con el potencial que tiene el Albacete, nadie duda de que vaya a estar en la lucha por el ascenso, aunque el objetivo, ser primero de grupo, queda bastante lejos. Esa privilegiada posición otorga muchas más posibilidades, aunque el Cádiz el año pasado no supiera aprovecharlas. Luego, quedar terceros o cuartos, amén de tener que superar tres rondas, queda el tema de tener que jugar siempre la vuelta como visitante, otra handicap añadido, aunque visto lo visto, los números parecen otorgar más posibilidades al Albacete como visitante que como local, pues en el Carlos Belmonte sólo ha podido sumar 27 de los 48 puntos que se han puesto en juego. Como visitante, el Albacete es el segundo mejor de su grupo, sólo superado por el Cartagena.
Vista la tabla, el Albacete afronta esta semana una nueva final, pues no le vale otra cosa ante el Écija que no sea la victoria, pues un empate o una derrota puede volver a descolgarlos de los cuatro primeros y cada vez quedan menos puntos en juego. Parece mentira que viendo el nivel del grupo y la plantilla que el Alba tiene se encuentre a estas alturas en esta situación de incertidumbre deportiva que, desde luego, no ayuda en nada al complicado callejón sin salida en el que está metido en lo económico y cuya salida depende, posiblemente en un 99%, de un retorno a la Liga de Fútbol Profesional.
