Antonio Rico, de corazón blanco (La Tribuna, 19-03-13)

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La pasada semana caía como una losa la noticia del fallecimiento de Antonio Rico Celaya, exconsejero del Albacete Balompié y gerente del Centro de Medicina Deportiva de la Fundación en los últimos años. Siempre mantuve una gran relación con el que también fuera concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento. Teníamos ese punto de encuentro en tantas cosas que siempre resultaba agradable mantener una conversación, ya fuera almorzando en El Córner o en las tertulias de media mañana de los sábados en Disquería, con Pepe Poveda.

Antonio Rico siempre fue un enamorado del Albacete Balompié, club al que ayudó en tantas y tantas ocasiones que sería imposible enumerarlas. Su presencia en el Ayuntamiento como concejal del PP sirvió para arreglar muchos entuertos y al final acabó en el Consejo de Mariano López Ruiz como adjunto, pues no podía ser consejero por su incompatibilidad con el cargo público que ocupaba. Dejó de ser concejal y pasó a ser consejero, lo que repitió con Ángel Contreras, viviendo desde dentro el segundo ascenso a Primera en la historia del club.

No sólo su mediación en el Ayuntamiento fue fructífera, también como consejero de la CCM tuvo que echar más de un cable cuando la situación se atascaba. Ahí estaba siempre Antonio Rico, tratando de ayudar en la sombra, siempre sin protagonismo, por el mero afán de solucionar entuertos.

Lo mismo le pasó cuando entró en la Junta Rectora del Instituto Municipal de Deportes en representación del Partido Popular, cargo que ostento durante ocho años y que todavía ejercía como suplente del titular. Desde ahí también ayudó no sólo al Albacete Balompié, sino que también a muchos clubes y deportistas de la ciudad, siempre trabajando por y para el deporte, sin otro incentivo que el de ayudar a unos y otros.

En las reformas de la Ciudad Deportiva, Antonio Rico pasó a ser gerente del Centro de Medicina Deportiva de la Fundación, instalación que siempre trató de rentabilizar y defender con uñas y dientes ante los dirigentes del club que iban pasando y que siempre tenían en mente cerrar. Rico supo manejar el Centro Médico desde la profesionalidad  que siempre le caracterizaba a la hora de hacer las cosas.

Con papeles en la mano y datos irrefutables convencía a unos y otros de lo rentable que resultaba la instalación y el partido que se le podía sacar a poco que le dieran manga ancha para trabajar.
En la construcción del Centro Médico, así como en las reformas que se hicieron en la Ciudad Deportiva, Antonio Rico tuvo que sacar toda la artillería para solucionar un problema de órdago a la grande, pues cuando se fueron a solicitar los pertinentes permisos de obra resulta que la Ciudad Deportiva no existía. En el conflicto por el pago de la licencia de obra en su construcción, el tema había quedado bloqueado en 1998 y nunca más se supo. Rico supo solucionar todos y cada uno de los problemas hasta conseguir regularizar la instalación, que recibió  su licencia de actividad a finales de 2006. Manda narices.

Fundamental ha sido el trabajo de Antonio Rico en el Albacete Balompié durante estos últimos años y no estaría de más algún tipo de reconocimiento, como poner su nombre al Centro Médico, por dar alguna idea.
Se nos fue un amigo, un gran albaceteño, un gran aficionado, y les puedo asegurar que vamos a echarlo mucho de menos.

Sobre el autor

Juan Carrizo

Jugador y entrenador titulado de baloncesto, practicante de otros deportes como el fútbol, el atletismo o el tenis, trabajo como redactor de deportes en La Tribuna de Albacete desde 1991 habiendo colaborado en diferentes ocasiones y en varias emisoras locales como Radio Chinchilla, COPE o la desaparecida Arco Iris.

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