Añoranza de tiempos mejores (La Tribuna, 19-02-13)

A

Desde hace ya algún tiempo, la situación de los deportes de equipo en nuestra ciudad parece estar ligada directamente a la crisis global que vive nuestro país, aunque tampoco diría yo que su momento tan lamentable tiene el mismo motivo.

El deporte albaceteño, pocas veces ha conseguido grandes patrocinadores que se hayan identificado con un club y que hayan sido su sustento durante varios años, como existen en nuestro país otros muchos clubes de diferentes deportes que casi son más conocidos por el nombre de su patrocinador que el de la propia entidad deportiva.

Albacete nunca ha sido una ciudad en la que sus empresarios se hayan caracterizado por su altruismo con el mundo del deporte. Nunca han entendido la rentabilidad que podría suponer el patrocinio de un equipo y si alguna vez ha entrado algo de dinero privado ha sido más por amistad o presión política que por otra cosa. Así, la vida de nuestros clubes ha estado siempre marcada por los problemas económicos y la falta de recursos para subsistir en categorías cada vez más profesionalizadas y, obviamente, con mayor gasto.

Tampoco es que a nivel de gestión se hayan hecho muy bien las cosas, que digamos, pero quizás porque una cosa ha llevado a la otra y con tal de sobrevivir a nivel deportivo se ha ido generando una deuda que al final, sin ingresos, no han sido capaces de gestionar.

Si a todo esto le unimos que a nivel de aficionados la cosa tampoco ha estado nunca muy allá, pues otro punto más negativo para una ciudad que no ha sabido mantener su patrimonio deportivo. Y por si se puede poner alguna pica más, resulta que no tenemos una instalación cubierta en condiciones donde albergar eventos de alto nivel, aunque claro, si la gente no va a los pabellones, para qué vamos a tener una instalación con gran capacidad que va a estar vacía un fin de semana sí y otro también.

El caso es que Albacete está huérfana de un equipo de alto nivel, que milite en la máxima categoría y que aglutine, en cierto modo, a los aficionados. Atrás quedaron los tiempos en los que el Albacete Balompié se paseó por la Primera División, el Albacete Fútbol Sala por la División de Honor, el voleibol femenino por la Superliga e incluso por las diferentes competiciones europeas, algo que no ha conseguido ningún otro equipo de Albacete y que, al paso que vamos, dudo que se pueda volver a conseguir. Hasta el baloncesto alcanzó con el CABA la entonces denominada Primera B, segunda categoría tras la ACB.

Añoranza de aquellos tiempos mejores donde los fines de semana había algo interesante que echarse a la boca. Ahora nos tenemos que conformar con categorías menores y la buena voluntad de los pocos que sobreviven y que aguantan el tirón como pueden, con jugadores de la cantera, como el Albacete Fútbol Sala, o con la ilusión renovada de un nuevo y prometedor proyecto, como el Albacete Basket. Pero todo ello necesita dos pilares fundamentales, un patrocinador solvente y duradero, sin duda lo más complicado, y que la afición responda, como poco a poco se está consiguiendo con el baloncesto.

Sobre el autor

Juan Carrizo

Jugador y entrenador titulado de baloncesto, practicante de otros deportes como el fútbol, el atletismo o el tenis, trabajo como redactor de deportes en La Tribuna de Albacete desde 1991 habiendo colaborado en diferentes ocasiones y en varias emisoras locales como Radio Chinchilla, COPE o la desaparecida Arco Iris.

Add comment

Artículos por categoría

Artículos por mes y año

Mis Tweets

Fetch Tweets: Could not authenticate you. Code: 32