El Albacete Balompié finaliza el 2012 en la segunda plaza y mostrando sus credenciales para poder ser campeón al final de temporada. El liderato no queda ni mucho menos tan lejos como la pasada temporada, donde el Real Madrid Castilla dominó con cierta claridad y los demás tuvieron que repartirse las tres plazas de ‘playoff’ restantes.
En esta ocasión no se ve un equipo capaz de dominar como el Castilla y, en todo caso, el que puede convertirse en el Castilla del año pasado en este grupo IV es el Albacete, pues ha demostrado tener capacidad para conseguir varios resultados positivos consecutivos con los que poner tierra de por medio en un grupo tremendamente igualado, pero más que por la calidad, por la mediocridad de sus componentes.
A poco que el Albacete ha sacado la calidad ofensiva de una de las delanteras más potentes de toda la Segunda División B los resultados han llegado. Y cuando a esto se le une la seguridad defensiva, el equipo se ha mostrado imbatible. Pero claro, esos partidos donde no se atina en el ataque y donde se pifia en la defensa son los que han evitado que el Albacete hubiese sido ya a estas alturas un líder suficientemente sólido como para que nadie le tosa en la categoría. Nos vienen a la mente muchos puntos perdidos en errores garrafales que podrían tener al Alba en el primer puesto con cuatro o cinco puntos sobre el segundo.
Pero como tampoco se puede vivir de lo que no ha sido, este segundo puesto con el que finaliza 2012 es pero que muy bueno, después de un arranque irregular donde muchos dudaron de la capacidad de este equipo para estar arriba. No se pudo puntuar frente al Linense a pesar de ser muy superiores y fallar hasta cuatro clarísimas ocasiones para marcar, pero la suerte sonrió el viernes para ganar al San Roque de Lepe con un gol de esos tontos que esta vez ha sido a favor y que sirvió para sumar un nuevo triunfo.
Ahora toca descansar unos días, recargas pilas, sobre todo a nivel mental, de cara al retorno a la competición, donde ya dijo el técnico que vienen ocho jornadas que pueden ser decisivas para el devenir de la competición. Ocho jornadas en las que se puede clarificar los equipos que lucharán por los cuatro primeros puestos y si el Albacete tiene opciones para ser líder al final de temporada, lo que daría más esperanzas de conseguir el ansiado y necesitado ascenso.
Estos días pueden venir muy bien para que los jugadores hagan un examen de conciencia y refuercen su propia autoestima; para que se den cuenta de muchas cosas y, sobre todo, que pueden hacerse grandes con el Albacete. Hay que quitarse la presión, el miedo a ganar y ese bloqueo que parece tener el equipo cuando se trata de conseguir algo especial. Hay que darle una vuelta de tuerca al carácter propio para hacerlo más fuerte y que en lugar de pesar un Carlos Belmonte lleno de aficionados, eso sea un acicate más para hacerlo lo mejor posible y devolver al conjunto manchego al sitio que merece.
Sería interesante que los jugadores hiciera esa terapia de grupo y cogieran la confianza que ha faltado ya algunas veces, porque calidad tienen y trabajo no falta, así que todo debe contribuir a que en el 2013 fluya la magia y tengamos un final de temporada completamente feliz. De lo económico, que se encargen otros, pero lo deportivo lo tienen que sacar adelante jugadores, técnicos y, también, afición. Si eso sale bien, lo demás tiene que venir rodado.
Los mejores deseos pues para 2013 para todos, en lo personal y en lo deportivo, pero sobre todo para un Albacete Balompié con 72 años de historia al que no podemos dejar morir por tantas razones que sería imposible enumerarlas aquí. Que no falte la esperanza, que seguro que trabajo e ilusión no van a faltar en esta plantilla que nos tiene que hacer realidad un sueño.
