El Albacete Balompié entró en un pozo del que es muy difícil salir, y todavía más si la situación económica hace peligrar la continuidad de la entidad más allá del 30 de junio. El fútbol es una ruina, en general, desde Primera hasta las categorías menores, y lo es porque siempre se gasta más de lo que se tiene. Además, conforme bajas de categoría, los ingresos brillan por su ausencia, con lo que más gasto y más deuda que se acumula.
Por eso tendríamos que darnos cuenta de la situación en la que está el Albacete, porque mientras con la boca grande hablamos de las posibilidades de ascenso, de la plantilla que tenemos y de la obligación de estar arriba; con la boca pequeña estamos que si no hay dinero para reforzar el equipo, que si la plantilla es corta o que si el césped está hecho una piltrafa.
Es evidente que el césped está maltrecho porque no hay dinero para arreglarlo, igual que no se pueden tener más jugadores ni se puede fichar porque bastante es que se pagan las nóminas todos los meses, y con dinero prestado, no nos olvidemos. De todas formas, los demás no están mucho mejor, pero a pesar de ello fichan y desfichan que no parece tan mala su situación, aunque cuando haya que pagar antes del 30 de junio ya veremos lo que pasa, que todos los años cae alguno y otros se salvan de milagro.
Todos queremos ver al Albacete en la primera posición, con aspiraciones, ganando partidos y mostrándose un firme candidato al ascenso. La ilusión nos invade, pero la realidad nos supera, porque quizás no somos tanto como parece o como pretendemos ser y la situación económica es un lastre demasiado grande como para luchar en igualdad de condiciones contra los rivales de turno.
Por ello debemos ser conscientes de donde estamos y de lo que somos, porque la historia está ahí, pero la realidad es bien distinta. El Albacete ya no es el Queso Mecánico, ni mucho menos. El Albacete es un equipo más de la Segunda División B, donde 80 buscan el milagro de salir del pozo.
El Cartagena nos superó con suma facilidad, haciendo lo justo, manejando el otro fútbol y siendo letal en el balón parado, donde habitualmente el Albacete es uno de los equipos más flojos que he visto esta temporada. Pero este mismo Cartagena, ese equipo que nos dejó decepcionado y que venía de ganar al Cacereño, hace dos semanas no fue capaz de ganar al colista UCAM Murcia y estuvo seis jornadas consecutivas sin conocer la victoria.
Está pues muy claro que en esta categoría la dificultad es máxima y el Albacete parte incluso con alguna que otra desventaja con respecto a otros rivales, pero no debemos quedarnos con eso no pasarnos la semana lamentándonos. Hay que apechugar con lo que hay, con la situación, y luchar porque gran parte de la salvación pasa por un ascenso que mitigue la falta de ingresos. No sería la solución definitiva, pero daría un poco más de margen para un club que, si nadie lo remedia, puede perder de un plumazo sus 70 años de historia, algo que nadie quiere.
