El martes se produjo una buena noticia para el entorno del Albacete, por lo que supone para la maltrecha economía del club alcanzar un acuerdo respecto a cosas y situaciones que ponían en serio peligro la supervivencia de la entidad.
Pero ahora no podemos dejar que los árboles no nos dejen ver el bosque, porque si se ha llegado a esta situación de solución a algo que durante dos años parecía insolucionable por la cabezonería y sinrazón del Consejo de Administración, ha sido porque la cuerda se ha roto de tanto tensarla y la fecha de caducidad de los actuales mandatarios ya está señalada. Han perdido el culo, como se suele decir, para solucionar lo que hasta hace nada era un callejón sin salida y que, en la mayoría de los casos, ellos mismos han generado.
A mí me queda una duda, que es la de saber si el actual Consejo, presidido por Ubaldo González y dirigido por Gonzalo Panadero, nos ha estado mintiendo como bellacos, o bien ahora se han convertido en encubridores de los numerosos delitos que, según ellos han pregonado, se habían cometido en el club.
Dos años han estado calumniando al anterior Consejo. Que si falsedad documental, que si administración desleal, que si falsedad contable, que si expolio, que si las cuentas en Suiza, que si Camaño, que si tal y que si cual. Y ahora resulta que aquí paz y después gloria. O sea, que el contrato de Ferrando ya no es falso y esos supuestos delitos ya no existen, toda vez que se van a retirar las querellas.
Pues eso, que sólo puedo pensar que nos han mentido durante dos años con oscuros intereses, como les gusta acusar a ellos; o bien, conocedores de esos delitos de los que acusaban a Contreras, ahora se han convertido en encubridores de los mismos.
En definitiva, que por una cosa u otra nos quieren vestir de toreros y sólo espero, por el bien de la entidad, que la oposición siga adelante con su intención de provocar un relevo y acabe de una vez con la etapa más oscura, delirante y disparatada de la historia del Albacete Balompié.
