Mientras la sección femenina del CABA sigue cosechando éxitos, con una camada de jugadoras que ya está dando mucho que hablar, la masculina sigue de fracaso en fracaso en espera de tiempos mejores para el baloncesto de nuestra ciudad, otrora en categorías de altísimo nivel y ahora relegado a la sexta categoría a nivel nacional.
No podemos olvidar que el CABA llegó a militar en la entonces denominada Primera División, antesala de la Liga ACB, aunque fuera en su grupo B, y ahora se encuentra en lo que sería, traspolado al mundo del fútbol, la Primera Autonómica.
El baloncesto de la capital vivió tiempos mejores, pero como dice el refrán, entre todos la mataron y ella sola se murió. La aparición del Pryca Albacete fue el principio del fin. Las rencillas, la inclusión de políticos metemanos y al final, un grado importante de desidia hizo descender a los infiernos un deporte con un amplio número de seguidores y practicantes. Menos mal que todavía se mantiene la base gracias al esfuerzo y trabajo de clubes como la Agrupación Escuelas Pías, Escuela de Baloncesto Albacete (Dominicas), Albacete Cinco, Kamchatka e incluso el propio CABA.
El caso es que hace tres temporadas se vio algo de luz al final del túnel, con el ascenso cabista a Liga EBA. Un equipo nutrido principalmente por jugadores de la casa, albaceteños, logró dar el salto, pero todo quedó en agua de borrajas porque al año siguiente se olvidaron de la gente de la casa para fichar jugadores caros y, en muchos casos, auténticos jetas y aprovechados. La mala planificación deportiva, desde el banquillo hasta la confección de la plantilla, derivó en una campaña nefasta en la que poco menos que se fue haciendo el ridículo de cancha en cancha, a pesar de contar con un importante presupuesto, que se dilapidó en fichajes de mucha planta y escaso rendimiento.
En la vuelta a la Primera Nacional se ha seguido sin aprender de los errores y por dos años consecutivos el CABA se ha quedado con la miel en los labios y tras una muy buena fase regular no alcanzó los objetivos en la fase de ascenso, a pesar de los continuos movimientos en una plantilla cuanto menos curiosa.
Si estamos hablando de la sexta categoría nacional, el CABA parece, salvando muy mucho las distancias, el Tau de Vitoria, donde encontrar un jugador nacional es desde hace años misión casi imposible. Esta temporada el CABA ha contado con jugadores argentinos, uruguayos, africanos, un americano con pasaporte irlandés e incluso un lituano. No es de extrañar que con este maremagnum lingüístico la afición haya dado la espalda a un deporte que generó muchas expectativas y que desde hace ya demasiados años está de capa caída y con pocos visos de recuperación.
Quizás habría que centrarse en las chicas y reforzar una sección que con muchos menos recursos que la masculina está consiguiendo títulos y el reconocimiento general, como lo muestra el nombramiento de Cristina Pla como mejor entrenadora de la región, primera mujer que recibe este galardón por parte de la Federación de Baloncesto de Castilla La Mancha. Un buen ejemplo en el que fijarse.
