La Ciudad Deportiva del Albacete fue sin lugar a dudas uno de los aciertos más grandes que ha tenido el club a lo largo de su historia, pero, entiendo que debido a la difícil situación económica vivida durante muchos años, se no se le ha sacado todo el potencial que una instalación de este tipo tiene.
El Alba y su Ciudad Deportiva podía haber sido una referencia como lo son a lo largo de su historia Mareo, Tajonar o Lezama, pero los dirigentes del club manchego muy pocas veces han puesto el foco, de verdad, en lo que es el trabajo de cantera. Mucho para la galería, pero sin resultados. Solo hay que ver la cantidad de jugadores formados en la cantera que en los últimos años han jugado, de verdad, no 40 minutos, en el primer equipo. Ni uno solo ha conseguido consolidarse, ya sea por unos motivos u otros. Algo no se ha hecho bien para sacar rentabilidad deportiva a esta instalación que fue la envidia de muchos clubes de Primera en el momento de su construcción y que ahora cumple 25 años.
También hay detalles como que la instalación quedó muy bonita, pero no era funcional. A nadie se le ocurre poner muros de hormigón junto a los límites de los campos o hacer pasarelas cargadas de trampas mortales para los que por allí transitan.
Ángel Contreras quiso darle lustre y se gastó casi cuatro millones de euros, a costa de dejar para otro momento el pago de deudas históricas, como la de Hacienda. Se había ascendido a Primera y si queríamos tener jugadores de la casa los chavales no podían seguir entrenando en campos de tierra. El fruto llegó unos años después, el segundo título de Copa del Rey Juvenil en 2007.
Los actuales dueños del Alba van haciendo arreglos, son muchas cosas las que mejorar, pero si se le quiere sacar el verdadero potencial a la Ciudad Deportiva hay que dar un paso adelante, firme y decidido.
