El mercado de invierno trata de tapar los fallos del mercado de verano y no suele salir bien, porque los jugadores disponibles son los errores veraniegos de otros clubes. Es imposible que un director deportivo acierte al 100%, sobre todo porque muchos suelen tener la injerencia de los dueños del club, más si transitan en la difícil línea de ser propietarios de equipos y jugadores al mismo tiempo.
En el Albacete, los mercados invernales han traído tufos de grado máximo, aunque también hubo aciertos. Espectacular fue el mercado invernal de 2003. Antonio López Alfaro, con Ricardo Resta a su lado, tenía buen ojo y siempre caía algo interesante. Ese invierno llegaron los que faltaban para hacer que el Albacete lograse el segundo ascenso de su historia a Primera. Delporte, Jandro y Pablo Sierra resultaron vitales para volver a ver al Alba en la máxima categoría.
En la 2006-07 también fue fundamental la llegada de Calle, que con sus 12 goles en 21 partidos catapultó a un Albacete que estaba en el puesto decimoquinto al final de la primera vuelta y acabó sexto.
A partir de ahí, los desaciertos fueron llamativos, con estrepitosos fracasos, como Caggiano y Buján, entre otros. En la campaña 2018-19, en la que el Alba jugó los playoff de ascenso a Primera, el mercado invernal nos trajo a Dani Torres, pero también a Muntari y Ballou Tabla, que pasaron con más pena que gloria.
Dice Alfonso Serrano que se le suele dar bien el mercado invernal. El año pasado hubo de todo, pero importante fue el concurso de Riki, Alberto y Kike Márquez. Veremos este año como se da la cosa ante los muchos cambios que se avecinan.