Nadie podía pensar hace unos años que dos hermanos pudieran realizar el salto inicial de un All Star Game de la NBA, pero allí aparecieron los hermanos Gasol. Ambos fueron protagonistas de las mayores gestas de nuestro querido baloncesto. Abrieron el camino que antes otros había dejado entre abierto. Los Epi, Corbalán, Fernando Martín o Margall tocaron el cielo con la Plata de Los Ángeles’84. Fue el boom del baloncesto en nuestro país, el germen de lo que vino después.
La Generación de Oro nos llevó al Olimpo de los Dioses, con los hermanos Gasol haciendo historia. Pero el tiempo no perdona y aquella generación ya no está. Era tiempo de transición, de encontrar otro grupo capaz de hacer las maravillas a las que nos habían acostumbrado y muy poca gente confiaba en que España pudiera hacer algo en este Eurobasket, con las potentes Francia, Alemania y las grandes estrellas NBA: Doncic, Jokic y Antetokounmpo.
El torneo nos ha dejado claro algo que ya sabíamos, que el baloncesto es un deporte de equipo y que el entrenador vale para algo. Jordan ha sido el más grande, pero ¿hubiera ganado seis anillos sin Pippen, Rodman y compañía, además del Maestro Zen Jackson en el banquillo?
Los Gasol han encontrado su relevo en los Hernangómez, Willy y Juancho y Scariolo sigue manejando el grupo como solo un maestro podría hacerlo. De casta le viene al galgo con los Hernangómez, porque la parejita tiene como madre a una de las grandes protagonistas de otro boom, el del baloncesto femenino, en la España de finales de los 80 y principios de los 90. Aquella generación con Wonny Geuer -la mamá de las criaturas-, Ana Junyer, Mónica Messa o Blanca Ares también marcaron un antes y un después en nuestro baloncesto. Al final, todo queda en casa. ¿Será por todo esto que nos llaman La Familia?
