A punto estoy de cumplir 52 años y nunca había vivido una situación de alerta sanitaria como la que tenemos en este momento en España. Algunos no parecen darse cuenta de la gravedad y todavía ves cómo son muchos, demasiados, los que no respetan las medias de seguridad impuestas, algo que pagarán luego justos por pecadores.
El mundo del deporte, como no podía ser de otra manera, se ha paralizado por completo. Desde las escuelas de base hasta la competición más profesionales se han cerrado a cal y canto. Es lo que toca. No hay competición, no hay entrenamientos, no hay actividad. Es una situación anómala y complicada en la que no debemos perder el horizonte principal de todo esto. La prioridad es la salud, por encima de todo.
Los clubes se preguntan qué pasará, mientras todos vislumbran que esto puede prolongarse en el tiempo más de lo esperado. Los intereses económicos deben quedar en un segundo plano, aunque las repercusiones se dejaran sentir, y mucho. Quizás lo más coherente y lo menos dañino sería anular todas las competiciones, hacer como que la temporada 2019-20 no se disputó y que la temporada 2020-21 comience con los mismos equipos en las mismas categorías. El Alba estaría en Segunda, el CB Almansa en LEB Oro, Albacete Basket, JFG La Roda y CB Villarrobledo en LEB Plata, el CP Villarrobledo en Segunda B, etc.
Seguramente sea la decisión más oportuna, pero veremos lo que deciden unos y otros. Ahora toca quedarse en casa, cumplir todas las medidas de seguridad y esperar que la situación mejore con el paso de los días.
