El concejal de Deportes del Ayuntamiento, Modesto Belinchón, dijo en una mesa redonda sobre deporte y mujer organizada por el Centro de la Mujer que «el deporte no es una prioridad ni es competencia de las instituciones».
Sin intención de sacar de contexto la expresión, no deja de ser curioso que el titular de un área cuya importancia, por muchos motivos, siempre es infravalorada, se tire piedras sobre su propio tejado, aunque a fin de cuentas refleja la realidad con la que día a día se enfrentan los albacetenses, la falta apoyo, compromiso e implicación con el deporte.
Pese a no ser una prioridad, hay que recordar que por las instalaciones del IMD pasaron un millón de usuarios durante 2019, que se dice pronto para una ciudad de 180.000 habitantes censados. Todo ello a pesar del lamentable estado de deterioro de las instalaciones deportivas, precisamente por no ser una prioridad, aunque bien que se les llena la boca cada vez que hay elecciones anunciando pabellones, piscinas olímpicas y todo tipo de mejoras cuando las que ya existen se caen a pedazos por inanición.
No hablemos de los beneficios que tiene el deporte, en su edad escolar, para evitar el sedentarismo y la obesidad infantil, o en todas las edades para la inclusión de personas con discapacidad física o intelectual. Todo eso parece no ser una prioridad para nuestro Ayuntamiento.
Eso sí, luego bien que corren nuestros políticos para ponerse en la foto cada vez que alguno de nuestros deportistas tiene un éxito nacional o internacional. Ya verás como todos acuden como moscas cuando se inaugure la estatua de Iniesta, aunque el deporte no sea una prioridad.
