Cuatro jornadas restan para que termine la Primera Femenina y el Fundación Albacete camina hacia el desastre sin que nadie parezca preocupado o interesado en revertir la situación. La descomposición es evidente desde hace jornadas y lo que prometía, tras un buen arranque, es ahora mismo una pesadilla de la que nadie sabe como despertar.
El club dio un giro la pasada campaña, justo con la llegada de la nueva propiedad. Mila dejó su sitio en el banquillo a Carlos del Valle y se dio un paso al frente en la profesionalización, favorecidos por la ayuda de LaLiga y la aparición de un patrocinador para la competición. El Funda mejoró en muchos aspectos y logró la permanencia.
Este año la cosa dio un paso más, que parece no está resultando como se esperaba. Se abrió la puerta de salida, la de atrás, a una persona que merecía tener un monumento, Pascual Costa, artífice de que el Fundación Albacete llegase a Primera y se mantuviera, con un esfuerzo personal y económico digno de un reconocimiento que, de momento, no ha tenido. Se le dio el mando total al técnico Carlos del Valle. Los recursos de la sección femenina, que han crecido bastante, son los que son, pero se ven demasiadas carencias en la que, posiblemente, sea la plantilla más amplia desde que se está en Primera.
Cuatro jornadas quedan para el final y el coladero que tiene la defensa del Fundación no ha sabido solucionarse. Semana tras semana se ven los mismos errores, que tanto lastran el equipo en todos los partidos. La dinámica es negativa, demasiado para lo poco que queda, aunque desde el mundo de la gominola nos lo quieran pintar de otra forma. Esperemos que se sepa revertir la situación y el Fundación Albacete se salve, las jugadoras, esas que llevan toda la vida dejándose la piel por el equipo, se lo merecen.
