Pues empezamos bien, que dirían algunos. El caso es que arranca una nueva temporada para el Albacete Balompié, con una plantilla renovada y rejuvenecida, un nuevo técnico, un nuevo sistema y, por supuesto, una vuelta de tuerca más en ese devenir de los últimos años que está convirtiendo al fútbol y los futbolistas en poco más que un museo que sólo abre los domingos.
Y digo esto porque el nuevo entrenador del Alba, Luis Miguel Ramis, seguramente superado por los problemas defensivos con los que el equipo debe afrontar la primera jornada del campeonato, ha decidido cerrar los entrenamientos de la semana a periodistas y aficionados.
Cada año subimos un peldaño más en el alejamiento sistemático que el fútbol y los futbolistas tienen con la afición, porque no podemos olvidar que gran parte del peso a la hora de contar las venturas y desventuras del equipo la tienen los medios de comunicación, que cada día encuentran más trabas para realizar su trabajo.
Por mor de las circunstancias, por ese endiosamiento que empezó por los grandes y ahora ataca a los modestos, resulta complicado, por no decir imposible, tener una relación normal con todos los que rodean al equipo, especialmente los futbolistas, metidos en la burbuja que les monta el propio club.
Cada vez es más complicado llevarles a ustedes la realidad de lo que pasa, toda vez que el club prefiere montar su mundo paralelo en las redes sociales donde nunca verán una noticia que saque los pies del tiesto del mundo de la gominola en el que quieren convertir el fútbol.
Ramis cierra los entrenamientos, sus motivos tendrá. Esperemos que sea para bien y la cosa empiece de forma positiva, que para negativa ya tuvimos la del año pasado y no queremos que se repita.
