Vaya fin de semana negro para el deporte albaceteño que hemos sufrido, principalmente por las derrotas del Albacete Balompié, La Roda CF y el tenista Guillermo García López.
Pero sin lugar a dudas lo peor de todo fue el mal sabor de boca que nos dejó el Albacete Balompié, incapaz de ganar al Atlético Sanluqueño en El Palmar. Cada vez tiene más complicado meterse en los play off el equipo manchego y lo que más duele es ver cada domingo el bajo nivel existente en este grupo, donde sin ir más lejos es líder un Jaén aseado en defensa y de escasa ambición que no mostró nada especial ni en sus partidos con el Albacete ni con La Roda CF.
Son muchos los equipos que han pasado por el Carlos Belmonte y el Municipal de La Roda y hemos presenciado in situ la falta de calidad de un grupo en el que, supuestamente, el Albacete debería estar mucho más arriba. Igual que La Roda CF se encuentra en una cómoda situación en la mitad de la tabla, con modestia, honradez, compromiso y, sobre todo, mucho trabajo.
Mucho pelotazo, intensidad, y poco más, es lo que se puede ver cada domingo por estos campos de Segunda B y el Albacete no ha sabido acoplarse al grupo.
El año pasado se sobrevivió ante la calidad de Castilla, Lugo, Tenerife e incluso Oviedo. Plantillas potentes luchando por un objetivo y el Alba se metió en los play off. Este año, con todos mis respetos para estos equipos, el Alba se encuentra por debajo del Jaén, el Lucena, el San Fernando o el Linense. Equipos que hemos visto y que, sinceramente, no nos han dicho mucho, algunos nada. Quiere decir esto que el Albacete Balompié tampoco es nada del otro mundo y que nos hemos hecho castillos en el aire con una temporada que, espero equivocarme, va camino de una gran decepción.
Me decía el otro día un entrenador amigo que tenemos sobrevalorada a la plantilla del Alba y voy a tener que darle la razón. Por mucho que nos creamos que tenemos un gran equipo, cada domingo se demuestra que no es así. Ya sea por los errores individuales, la mala suerte con los arbitrajes o la falta de eficacia goleadora, lo cierto es que los resultados no son, ni mucho menos, los esperados y de momento tampoco han variado con el cambio de entrenador, una medida que, en la mayoría de los casos, no vale absolutamente para nada.
Y no se nos debe olvidar que el Albacete está sumido en una grave crisis económica de la que parece imposible salir. Al menos así lo dijeron hace unos meses cuando anunciaron, a bombo y platillo, que o se cubrían los 3,7 millones de euros de la ampliación o el Alba estaba abocado a la desaparición.
Atodo esto, ¿dónde están los dirigentes del Alba? ¿Que ha pasado con la ampliación de capital? ¿Dónde están los inversores? ¿Qué pasa con el conflicto con el Ayuntamiento? ¿Y las nóminas impagadas a jugadores y empleados? ¿Hay alguien ahí?
Muchas preguntas sin responder y nadie al aparato, porque los consejeros no aparecen ni por los palcos en los partidos que el Albacete Balompié juega fuera de casa. Que solo está nuestro Alba, que solo lo han dejando y como, por enésima vez, se repite lo de tropezar con la misma piedra. El fútbol es un bucle sin fin y el Albacete sigue sin salir de su espiral negativa.
