El baloncesto de Albacete está vivo. Es lo primero que se me viene a la cabeza tras comprobar durante el fin de semana cómo la fase de ascenso a Liga EBA hizo que el Pabellón del Parque volviera a vibrar con este deporte que tanto quiero y tanto me gusta.
Cuatro equipos albaceteños lucharon por el ascenso y al final se llevó el gato al agua el CABA tras un espectacular y bonito partido frente al EBA-TDI. Dos estilos diferentes que pusieron de manifiesto que el baloncesto albaceteño tiene mucho futuro, tanto a nivel de técnicos como de jugadores.
Pero hoy, lunes de resaca deportiva, me viene a la cabeza la eterna pregunta ¿Y ahora qué? Porque el basket local vuelve a tener la oportunidad de jugar en la Liga EBA, una categoría que pienso que todavía se queda pequeña para lo que fue en su día el basket albaceteño, pero que como mal menor no podemos dejar escapar.
Mi mente se inunda de proyectos buenos y malos que acabaron muriendo año tras año. Varias veces le ocurrió al CABA, con mucha voluntad pero, a veces, poco acierto en las decisiones. El Cinco, con un gran trabajo y esfuerzo, también tuvo su oportunidad, pero como otros, acabó muriendo por la falta de recursos económicos. En la provincia el Hellín aguantó muchos años con buenos resultados, pero al final también murió por inanición, teniendo que reflotar desde cero, lo que está haciendo, como siempre, con buen criterio. Dinero, siempre dinero. ¿Y ahora qué?
Mucho se ha hablado estos días de las conversaciones mantenidas entre unos y otros en la capital para formar un proyecto común. Veo jugadores albaceteños con capacidad para estar en esa Liga EBA, pero el proyecto tiene que ser sólido no sólo en lo deportivo y económico, también debe haber un consenso en la organización y a la hora de consolidar una estructura que funcione a medio y largo plazo.
No se trata de fusionar los clubes, de formar una única súper cantera que arrase en todos los partidos y luego, cuando salga a competir fuera, reciba los palos precisamente por eso, por no haber competido durante el año al tener una superioridad manifiesta sobre el resto de rivales.
Por eso, yo abogo porque cada cual siga con su cantera, con su trabajo con la base, que siga habiendo muchos clubes como el EBA, el UCA, el AJJ, el Cinco, el Namasté, etc., que animan la competición, que crean rivalidades y que hacen que los chavales, además de aprender baloncesto, aprendan a competir. A veces se nos olvida que no sólo se aprende de las victorias y que muchas veces se aprende mucho más de las derrotas.
Tener muchos clubes formando jugadores enriquece el baloncesto local, y lo único que falta es ese equipo de referencia, en categoría superior, donde todos estos jugadores tengan salida y donde no nos encontremos plantillas formadas por jugadores foráneos que vienen a llevarse el sueldo, aunque sea pequeño, y son muy pocos, como el eterno Diego Fox, los que se implican verdaderamente en el proyecto.
La plaza en Liga EBA ya está conseguida, ahora viene el trabajo de formar un proyecto sólido, que espero fructifique. No me cabe la menor duda de que todos van a remar para el mismo lado, porque el baloncesto de Albacete se merece otra oportunidad para demostrar que puede estar más arriba.
