E l pasado jueves, el Albacete Balompié reunió a una buena representación de su historia en una charla que se celebró en los salones del Museo Municipal. Se trataba de uno de los actos programados por el club dentro de la celebración de sus 75 años de existencia.
La conclusión del evento es que, recordar su pasado, engrandece a un club, porque conocer las vivencias de aquellos valientes que defendieron los colores del Alba en aquellos años 50, 60 y 70 da más valor a la historia del Albacete Balompié. El fútbol ahora está muy profesionalizado, quizás demasiado. Hay tantos millones de euros en juego que todo eso del amor a los colores y los sentimientos quedan sólo para unos pocos.
Los Monroy, Pirus, Guti, Juanito, Leo, Rubio, Catali o Soriano hablaron de ese fútbol en el que había mucho sentimiento y cariño por portar una camiseta. Monroy jugando con un tobillo hinchado, Guti acudiendo siempre a la llamada de socorro y sacando petróleo de la cantera, lo mismo que Rubio, que contó la historia de su regreso al Alba a principios de los 80, cuando el Barcelona ya no lo quería, después de su grave lesión de rodilla, pero no le dejó firmar con el Atlético de Madrid. Con un par de narices, Rubio cogió el teléfono, llamó a Juanito y se vino a jugar con el Albacete en Tercera División.
Por todos estos detalles, el Albacete Balompié tendría que tener muy presente su pasado y organizar en la medida de sus posibilidades esos homenajes a sus jugadores y entrenadores históricos, como por ejemplo hace el Sevilla. Julián Rubio contó el homenaje recibido unos días antes por Curro Sanjosé, que vistió durante 16 temporadas la elástica sevillista. El Dorsal de Leyenda, se llaman estos homenajes que hace la entidad de Nervión y este era el octavo. Allí no sólo estuvieron sevillistas, sino que también representantes del Betis e incluso el que fue uno de los grandes ‘enemigos’ de Curro Sanjosé en el terreno de juego, Dani, extremo del Atlhetic de Bilbao.
El Albacete Balompié tiene una fantástica historia y mucha gente todavía presente que se merecería un homenaje de este calibre. Sólo hace falta hilar los detalles, porque a buen seguro que la idea tendría multitud de apoyos y sería un merecido reconocimiento para sus protagonistas.