Adiós a un buen manager

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Antonio Gómez sale cabizbajo de un partido esta temporada en el Carlos Belmonte.La derrota frente al UCAM de Murcia precipitó los acontecimientos, aunque estaba claro que la espada de Damocles pendía desde hacía tiempo sobre el entrenador Antonio Gómez. Esta reflexión venía que ni pintada en mi Zona Press de todos los martes en La Tribuna, pero lo cierto es que la del próximo martes ya está escrita en memoria de Antonio Rico y, ciertamente, no tengo intención de cambiarla. Pero el cuerpo me pedía escribir, y para eso tengo el blog, aunque me prodigue poco, más por falta de tiempo que por falta de ganas.

Lo cierto es que no nos pilló de sorpresa la destitución de Gómez, toda vez que su relación con José Antonio Iniesta no era la idónea y con la llegada de su mano derecha a la presidencia el hilo que podría significar Aurelio Milla había sido roto con la marcha del empresario albaceteño. ¿Y de donde viene esa falta de feeling? Pues de la Navidad de 2011 y, creo, no por culpa ni de Gómez ni de Iniesta. La culpa fue de la persona que en ese momento no mide los tiempos y hace que uno y otro se pisen el terreno. Mal rollo.

Ese verano Antonio Gómez había irrumpido en el Albacete Balompié como ‘capitán general con mando en plaza’. Tenía el control absoluto en lo deportivo, así rezaba en su contrato. Era el manager general, al puro estilo inglés. La llegada de Andrés Iniesta a la ampliación de capital, dejando a su padre plenos poderes para actuar en el club hace que el entonces presidente le diga a José Antonio Iniesta que se encargará de la parcela deportiva, y ahí se produce el conflicto.

Este verano la situación estuvo muy cerca de romperse, con Gómez con un pie en la calle y su sucedor, Pacheta, esperando en la recámara mientras visitaba las Bodegas Iniesta. El problema estaba claro, hacía falta el dinero para despedir a Gómez y ni había ni se estaba dispuesto a poner. Luego la temporada está siendo lo que está siendo, con un Albacete que posiblemente tenga la mejor plantilla de la categoría y que no lo está demostrando, con el agravante de una segunda vuelta con número paupérrimos que están sumiendo al club en una depresión deportiva que agrave si cabe a la ya conocida económica.

Creo que Antonio Gómez ha sido un gran manager general. Su trabajo al frente de toda la parcela deportiva hay que reconocerlo como posiblemente el mejor que se haya hecho en la historia reciente de este club. Supo poner orden en el fútbol base, sentando las bases de un proyecto a largo plazo que es como se tiene que trabajar con la cantera. Tuvo muy claro lo que quería y como lo quería con los chavales y modernizó en muchas cosas el trabajo que se desarrollaba tanto en los despachos como en el césped. Defendió al club como nadie lo había hecho en los últimos años, tratando de evitar fugas y robos de jugadores y cerrando negocios con importantes cantidades cobradas, amén de otras clausulas por objetivos que aseguran más ingresos si las cosas marchan bien para los traspasados.

Su implicación ha sido total, dedicando todo el tiempo posible a trabajar por un Albacete Balompié que era un diamante en bruto en lo deportivo, en su cantera, pero con un lastre económico que ha cerrado numerosas posibilidades por la falta de recursos. A la hora de confeccionar a plantilla ha tenido aciertos, muchos, y errores, pocos, pudiendo conformar una plantilla que es la envidia de muchos, con jugadores a bajo coste pero con calidad. Así las cosas, su trabajo como manager hay que calificarlo de excelente. Pero a la hora de evaluar su labor como entrenador, la calificación baja.

A esa plantilla de bajo coste pero mucha calidad no ha sabido sacarle todo el jugo, pues demostrando en muchas ocasiones estar muy por encima de sus rivales, los resultados han ido pesando como un lastre que ha terminado por hundir un proyecto ilusionante que se ha truncado justo a la mitad.

El equipo ya ofreció sus dudas la temporada pasada. El grupo era complicado y más se lo complicó el Albacete en la recta final, donde logró clasificarse para el play off porque otros dejaron escapar su oportunidad. En las eliminatorias cayó en la segunda en los penaltis en un choque muy igualado frente a un Cádiz que venía de ser goleado por el Castilla y que después no pudo con el Lugo.

Aurelio Milla, José Antonio iniesta y Antonio Gómez, en un acto en el stad de la Feria.Esta temporada había nuevas expectativas, en un grupo de inferior categoría, supuestamente. Los altibajos han sido la norma y mucho más la sensación de no estar sacando todo el rendimiento al equipo en un grupo realmente flojo. La igualdad existente es propia de la mediocridad de los equipos que compiten en el grupo y se ha podido ver, partido tras partido, que a poco que se hubieran hecho las cosas bien el Albacete debería ser líder con solvencia, o a lo sumo pelear por ese primer puesto con el Cartagena, único que se podría comparar en calidad y plantilla a los manchegos.

Otro gran problema que ha tenido Gómez ha sido su exasperante mania de tenerlo todo controlado. Saber lo que se decía, quién lo decía, por qué lo decía y cuándo lo decía. Ha sido una obsesión que ha ido minando la confianza que todo el mundo tenía en su proyecto y en su persona. Estar demasiado preocupado por el entorno no le ha beneficiado y sus salidas de patas de banco, metiéndose en charcos que muchas veces no venían a cuento no ha sido, desde luego, positivo.

Ahora bien, su destitución puede provocar una nueva debacle en un club que hace demasiado tiempo que camina a la deriva. ¿Como se lo va a tomar el vestuario? Está por ver. Además, quedan nueve jornadas para el final. ¿Habrá un entrenador capaz de darle la vuelta a la tortilla, hacerse con el equipo y mejorar los resultados? Muy poco tiempo, es decir, muy poco margen tendrá el nuevo inquilino de banquillo.

Encima, por tradición, pocos han sido los entrenadores que a lo largo de la historia han mejorado la situación en clubes como el Albacete, donde el grado de descomposición es excesivamente grande. A todo esto ¿qué pasa con las nóminas de empleados y jugadores? Muchos son los que se preguntan por qué hay dinero para despedir a Gómez y no para pagar a los trabajadores.

Este Albacete Balompié no termina nunca de sorprendernos, y casi siempre de forma negativa, y la cosa no pinta nada bien con este nuevo golpe de efecto al que sólo valorará el tiempo y los resultados.

Antonio Gómez se va dejando un gran trabajo dentro del club, mucha voluntad por hacer las cosas bien y también la sensación de que deportivamente se podía haber hecho mucho mejor. Otros vendrán que bueno te harán, dice un refrán castellano. Ya veremos lo que pasa y que rumbo coge este Albacete, anegado en lo económico y, ahora mismo, descabezado en lo deportivo. Seguiremos informando.

Sobre el autor

Juan Carrizo

Jugador y entrenador titulado de baloncesto, practicante de otros deportes como el fútbol, el atletismo o el tenis, trabajo como redactor de deportes en La Tribuna de Albacete desde 1991 habiendo colaborado en diferentes ocasiones y en varias emisoras locales como Radio Chinchilla, COPE o la desaparecida Arco Iris.

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