Quince años no son nada

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Pablo García se merecía al menos un respeto y no el desprecio y las mentiras que ha recibido de este ConsejoEstá claro que quince años no son nada y así lo deben pensar los actuales dirigentes del Albacete Balompié, que sin lugar a dudas van a pasar a la historia por ser las peores personas que han pasado por el club en sus 70 años de historia. Y lo digo así, como suena, porque parece que se han propuesto maltratar al mayor número de personas que puedan, vejando y despreciando a gente que lo ha dado todo por el Albacete Balompié y que, como mínimo, se merece ser tratada con respeto, algo que desconoce el actual Consejo de Administración del Albacete.

Ya no se trata de dirimir si lo que hacen está bien o está mal. De lo que se trata es de que no parecen darse cuenta de que por encima de todo, incluido el fútbol, están las personas. Aquí da igual los años que hayas pasado entrenando gratis, la labor que hayas podido realizar beneficiosa para el club, los servicios prestados. Aquí a la hora de acabar un ciclo se tira por la calle de en medio, te engañan, te mienten, te desprecian, te vejan, te maltratan, para al final darte la patada en el culo sin más miramientos.

Lo sucedido con el canterano Pablo García vuelve a sacar a flote lo peor de los ‘Banderas’. Después de quince años en el club, después de haber sido un ejemplo de profesionalidad, de amor a unos colores, de humildad y de no se cuantas cosas más, lo han tratado con auténtico desprecio. Si así es como cuidan su patrimonio, porque un futbolista de la cantera es un patrimonio, por favor, que los accionistas den un paso al frente y digan basta, que ya está bien de chulear a todo el mundo.

No voy a entrar en detalles técnicos sobre Pablo García. En su derecho están de no renovarle. Esto es fútbol. Pero no hace falta engañar, mentir, despreciar e intentar desprestigiar a la persona. Si no lo querían, se lo dicen el 30 de junio y ya está. Pero parece que disfrutan más haciendo daño a los demás. Pablo García no es un crack, pero tampoco es un tuercebotas. Quince años en el club, demostrando sentir los colores, para que al final te desprecien a base de engaños, mentiras y difamaciones varias. Que triste.

Debutó en Primera con 17 años y no se le cayeron los anillos cuando al año siguiente se le cedió al Almansa, a Segunda B, donde siguió madurando como futbolista. Cuando el club necesitó una ficha profesional, pues se la quitó a Pablo García, que no rechistó. Con esto no quiero decir que por eso se merecía renovar, sino que se merecía como mínimo haber sido tratado con respeto y afecto, en lugar de con mentiras y desprecio.

Según mi punto de vista, la temporada de Pablo García fue mejor que la de su ‘rival’ en la  banda derecha, Xavi Jiménez, y estuvo a años luz, por encima, de otros jugadores que hoy siguen vistiendo la camiseta del Albacete Balompié, lo que ya no hará él. Por eso sí que merecía ser renovado, siempre desde mi punto de vista.

Duele mucho ver como lo han engañado desde el primero hasta el último momento, cuando han querido cargarle el muerto al entrenador, que esta misma mañana ha dicho que desde el club le dijeron que no se iba a renovar a Pablo García. Pablo tenía de ficha el sueldo mínimo como profesional y la oferta del Albacete era la misma cantidad. La contra oferta de Pablo no era desorbitada, pues estaba dentro del tope salarial que quiere marcar el club. Otra cosa es que haya por ahí consejeros que lanzan a los cuatro vientos que Pablo pedía 300.000 euros, vaya disparate. Pero uno ya no sabe si es parte de la campaña de desprestigio hacia el jugador para justificar su no renovación o es que al mismo Consejo lo intoxican desde dentro.

Máximo Hernández dijo en rueda de prensa que Charles estaba en la recámara por si Pablo García no renovaba, diciendo que la oferta lanzada por el jugador era inamovible, mientras el propio Pablo García declaraba en todos los medios de Albacete que estaba dispuesto a negociar. A todo esto Máximo no atendía al representante de Pablo y el propio Pablo trataba de comunicarse directamente con el presidente sin obtener ningún tipo de respuesta.

Por fin el representante de Pablo consigue hablar con Máximo y el director deportivo del Alba le dice que Charles es ahora la prioridad y que en caso de no hacerse lo del brasileño se volvería a hablar de Pablo, con la misma oferta del club sobre la mesa. Mientras Máximo está diciendo esto, el mismo día, desde Pontevedra anuncian que Charles viaja hasta Albacete para rubricar su contrato con el club manchego, o sea, que Máximo está poniendo a Pablo como segunda opción cuando ya sabe que la primera no va a fallar. Pero mira por donde los médicos tiran para atrás el fichaje de Charles; pero a Pablo le siguen negando la mayor.

El último despropósito fue la reunión del pasado miércoles, cuando Pablo García consigue quedar con el presidente y Máximo se presenta en la reunión. Pablo insiste en que quiere hablar con el presidente a solas pero, como está claro que Ubaldo González pinta menos que ‘Cagaestacas’ en la puerta de la Audiencia, pues Máximo se niega a abandonar la reunión y es el director deportivo el que le comunica a Pablo que el entrenador no lo quiere, lo que resulta ser una mentira más de las que nos tiene acostumbrado. Coño (con perdón) si no lo quieres pues como acaba contrato el 30 de junio se le dan las gracias por sus servicios y se le desea suerte, pero no se le desprecia, se le miente, se le ningunéa y  se le maltrata durante mes y medio, como se ha hecho con un chaval que siendo mejor o peor futbolista siempre lo ha dado todo por el club y ha demostrado querer esta camiseta.

La lista de maltratados sigue creciendo. El Consejo de Administración del Albacete sigue acumulando damnificados conforme pasan sus días de mandato. Insisto en que ya no se trata si las medidas que toman están bien o están mal, se trata de hacer las cosas como personas normales, sin tener que maltratar a los demás. Este Consejo ha maltratado al anterior presidente, Ángel Contreras, a Antonio López Alfaro, a Ricardo Resta, al Chuti Molina, a Antonio Gómez, a José Alberto Toril, a Matías Martínez, a Juan Carlos Balaguer, a Quique Latasa, a Santi Denia, a Juan Carlos Sanz, a Cañas, a Javi Martínez, a Peña, a Sandra Jiménez, a Julián Rubio, a los chavales de la Fundación, al fútbol femenino, a los periodistas deportivos de Albacete y muchos más que ahora se me olvidan o que no han querido salir a la palestra. Que triste es todo esto; pero lo más triste es que nadie, y me refiero a los accionistas, haga nada al respecto.

Sobre el autor

Juan Carrizo

Jugador y entrenador titulado de baloncesto, practicante de otros deportes como el fútbol, el atletismo o el tenis, trabajo como redactor de deportes en La Tribuna de Albacete desde 1991 habiendo colaborado en diferentes ocasiones y en varias emisoras locales como Radio Chinchilla, COPE o la desaparecida Arco Iris.

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