Este miércoles se inicia la segunda fase en la Superliga Femenina de voleibol en la que el CV Albacete parte con un objetivo muy claro, clasificarse para estar la próxima temporada en competición europea. Ser segundas de grupo daría la clasificación directamente y siendo terceras habría que jugar por ello con el tercero del otro grupo, ya que sólo se meten en Europa los cinco primeros.
La temporada ha estado cargada de altibajos, tanto en lo deportivo como en lo puramente institucional. El incremento paulatino del presupuesto y la falta de recursos ha ido mermando una plantilla que cada año que pasa se ajusta más con la consiguiente pérdida de nivel. Esta temporada se optó por reducir el número de jugadoras, lo que ha sido un problema en cuanto han llegado algunas lesiones, como la que impidió a Natalia Romanova, uno de los principales exponentes del equipo en ataque, participar en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa CEV celebrado en un abarrotado Pabellón del Parque.
No hay que olvidar el cambio de entrenador, con un brasileño, Osni Gonçalves que salió ‘rana’. Se apostó por todo un desconocido y demostró tener pocos conocimientos, poca intención de ponerlos en práctica y falta de capacidad en una competición tan exigente como la Superliga española.
Con altibajos en la competición liguera, el equipo si que se mostró fuerte en Europa y se estuvo en las puertas de alcanzar la Final Four de la Copa CEV. El Estrella Roja de Belgrado lo impidió en unos cuartos de final épicos, con una ciudad volcada y quedando claro que el voleibol todavía tiene mucho que decir en Albacete.
Esto viene porque los rumores sobre la desaparición del club al final de temporada han estado ahí. La falta de recursos hacía que la única posibilidad de acabar sin deuda -deuda que tendrían que soportar directamente algunos de sus directivos, que esto no es el Albacete Balompié, donde muchos pasan pero nadie pone un euro- era vender la plaza de Superliga, lo que supondría la desaparición del club.
La situación parece que se está arreglando pues los ingresos están llegando gracias a nuevos apoyos, como el de la empresa constructora Auno Hábitat, que con José Luis García Navarro ha dado un paso al frente para que podamos seguir disfrutando del voleibol en nuestra ciudad, o al menos así de desprende después de que tras firmar un convenio para lo que resta de temporada se anunciara que en breve se firmará otro que unirá a club y empresa durante los próximos cuatro años. Una buena noticia sin duda para el voleibol femenino y para el deporte albaceteño en general.
Superados los problemas y con las nóminas al corriente de pago, el equipo se juega ahora el estar o no en Europa la próxima temporada. Ese es el gran objetivo, después de terminar en una octava plaza en la fase regular que no era, ni mucho menos, la esperada a principio de temporada. De todas formas calidad en el equipo hay para optar a ser segundas de grupo, tras el intratable Murcia, y conseguir así la clasificación directamente, sin tener que jugársela como terceras en un play off posterior en la lucha por la quinta y la sexta plaza. Ser cuartas de grupo, además de un desastre, no lo espera nadie.
